domingo, 31 de julio de 2011

Arriesgar.

¿Te has sentido alguna vez como aquella persona que cree que no va poder conseguir hacer lo que quiere?¿Qué cree que no va a llegar alto? Cuando el miedo se apodera de nosotros, que lo único que te sale es llorar sin querer oír la voz de nadie, pero necesitando el hombro de alguien aunque este callado pero que esta a tú lado, es algo bueno, pero no valido. Te va a ayudar a sentirte mejor pero no te va a dar la solución a tus problemas.
Muchas veces ahí que echarle narices, intentar (arriesgar), encontrar la firmeza y tirar hacía adelante.
Nadie te va a dar la solución de nada y no porque no pueda, sino porque nadie la tiene.
Todo es arriesgar.
A veces cuesta, pero cuando tienes la sensación de que, por lo menos lo has intentado, te encuentras más agusto.
Te tropiezas muchas veces y aprendes más cosas de las que creías que ibas a aprender al fin y al cabo
.

La palabra exacta es, confianza.


Estar seguro de uno mismo es difícil. Tienes que cumplir muchas metas, y conseguir todo aquello que te propones sin ayudas, cada uno por su cuenta.
Hay cosas que pueden llegar en un buen momento, otras en las cuales puedes tener suerte, y otras en las que te sale todo al revés.
Tal vez, cuando las cosas no salen como uno quiere, es porque no confía en sí mismo.
Por el mismo hecho, puedes tener un mal día en estudios, relaciones, amistades, asuntos familiares.. La única solución que se puede dar es: confía en tí mismo, y lograrás todo lo que quieres. Lo que quieres, lo tendrás y estarás orgulloso de ello, por que has llego a tú meta, y tú
camino lo has conseguido.

jueves, 28 de julio de 2011

Del nuestro.


Solo me gusta escribir cosas bonitas. Por eso hace mucho que nadie sabe lo que pasa por mi cabeza. Al menos no lo han leído de mis manos. Es triste. No tener nada de lo que hablar. Nada bonito. Solo historias tontas. De esas que empiezan mal, y acaban peor. De las de perdón al día siguiente. De esas. Me gustaría escribir que empiezo de cero. Que el amor sigue en mi vida. Tan bonito como siempre. Tan tan fuerte como saben todos los que leen este blog. Me gustaría contar que no hay una pizca de tristeza en lo que escribo. Me encantaría poder gritar a los cuatro vientos que no hay baches ni caídas. Me gustaría sentirme bien. Vivir. Me encantaría. Por desgracia el tiempo quema. Y mata. Muy lentamente, pero lo hace. ¡Ay tiempo! Si pudiera darte la vuelta... Cuantas cosas cambiarían. De lo triste siempre queda lo bonito. Las ganas de sacar mas fuerza. El amor que nos queda. ¡Nadie se imagina cuanto! De eso siempre nos ha sobrado. Y es eso lo que nos hace fuertes. El amor. Los días enteros metidos en la cama. Las sabanas que se caen al suelo. El olor de tu espalda. Tus manos. Las mías. Nuestra risa. La que sale de tus labios. De esa de verdad. La que me hace feliz. Todo eso que nos hace diferentes. Esa es la fuerza que me dice quédate y no te vayas nunca. El amor que no se me gasta por más que se rompa, se caiga y se destroce. No se me gasta. Sigue ahí. Al pie del cañón. Esperando un solo rayo de sol para levantarse y gritar fuerte las ganas que tiene de verte, corazón. Las ganas de empezar un día y agarrarte fuerte para no soltarte. Para que no se caiga otra vez y se rompa lo que ayer estaba bien. De ese amor te hablo. Del nuestro. El que se puede oler en cada una de mis letras. Mejor o peor escritas.
El amor no es un contrato, ni tiene cláusulas que cumplir. Es libertad y comprensión.
El amor se vive, se disfruta, SE VIVE . El amor está ahí. Y cuando es evidente,
cuando se quiere de una forma tan kilométrica, tan bonita.. es necesario.

Felizz.


Un buen día te das cuenta de lo que está pasando a tu alrededor. Te das cuenta de que ese chico no te merece, pero en cambio, hay otro esperando a que le prestes atención, la más mínima oportunidad. ¿Y sabes qué pasa? Que cuando se la das, ese chico es capaz de hacerte ver que él es mejor que cualquier otro, que a su lado todo puede ser perfecto, o casi. Hace que te sientas bien, ¡eres feliz! Y eso es increible.